
PARASHÁ BALAK
NÚMEROS 22:2 -25:9
Balaam es uno de esos personajes desconcertantes que pueblan las páginas del Antiguo Testamento. No tenemos demasiada información acerca de él. En las Escrituras se nos indica algo acerca de su genealogía –se nos dice que era hijo de Beor- y también del lugar donde vivía –Petor, junto al río Éufrates, en el país de Amav- y a qué se dedicaba –todo parece indicar que Balaam era una especie de profeta profesional y que se dedicaba a bendecir y maldecir a la gente- A juzgar por lo que señala el pasaje debía tener bastante éxito en su trabajo y era considerado como un reputado profesional de su ramo.
Como profesional recibió un encargo de parte del rey de Balak, por aquel entonces rey de Moab. Balak era conocedor de cómo los israelitas, gracias a la ayuda del Eterno, iban acabando con sus enemigos y, por tanto, tuvo miedo y decidió contratar los servicios de Balaam para que éste pudiera maldecir al pueblo y Balak pudiera estar en condiciones de derrotarlo.
La oferta profesional que recibió Balaam era muy buena, le representaba una buena ganancia económica, un aumento de su fama y posiblemente un incremento de su influencia política. Era una oportunidad profesional que no podía pasar por alto. El texto bíblico nos dice que se le prometieron todo tipo de honores –influencia política y social- y riquezas –aumento de su estatus económico.
Hay un rasgo interesante en la forma de proceder de Balaam, un rasgo que destaca a pesar de la falta de información que tenemos acerca de él. Nos dice la Escritura que ante tamaña oferta, tan interesante y provechosa, Balaam decidió que debía consultar con el Eterno y ver qué opinaba Él al respecto (22:8). La respuesta del Eterno fue negativa al respecto (22:12) y así se lo comunicó Balaam a los enviados del monarca moabita. Balaam rechazó una buena oportunidad y oferta profesional por seguir los dictados de Yahweh.
Pero Balak no se dio por vencido y envió una segunda embajada para buscar los servicios profesionales de Balaam. Es interesante la forma en que éste responde, veamos literalmente el pasaje: “Aunque Balak me diera todo el oro y la plata que caben en su palacio, yo no podría hacer nada, ni grande ni pequeño, que fuera contra las órdenes del Eterno mi Elohim”
BERESHIT 6:9 – 11:32
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